lunes, 8 de febrero de 2010

la dulce carola parte 1

Esta es una vieja leyenda que escuche a un gran cantautor en un concierto, no recuerdo exactamente como era, pero la intentare contar los más fiel posible
¿Creen en los amores a primera vista? ¿Acaso existen otros? Tengo un amigo que vive en México, en el D.F, que todos los días va a trabajar a la octava planta de un edificio de oficinas en la plaza de los Manejables.
Un día a las 11 30 de la mañana, como todos los días, se acercaba a la ventana del tercer pasillo a fumarse un cigarro mientras miraba a la gente, y de repente… la vio. Allí estaba ella, la dulce Carola, caminando entre la multitud. Mi amigo vio como de repente todas las personas caminaban más despacio, como la gente se quedaba mirando a la dulce Carola, su sonrisa, sus ojos, su pelo, sus labios…. Todo. En ese mismo instante mi amigo se había enamorado perdidamente de ella. Mientras se alejaba por la plaza, vio como la dulce Carola entraba en el café que hacía esquina. ¿Trabajaría allí?
Esa noche mi amigo no pudo dormir, estaba deseando que llegase el día siguiente para asomarse a la misma hora a la ventana, con la ilusión de volver a verla… y así fue. A las 11:30 la plaza se congelaba al paso de la dulce Carola. Así, con estas, mi amigo se iba a su casa, y todas las noches soñaba que algún día bajaría al café y le diría lo mucho que la quería y que estaría dispuesto a renunciar a todo por ella. Y pasaron las semanas, y los meses, y los años… hasta que un día mi amigo decidió que sería ese día cuando se declararía a la dulce Carola. Espero a las 11 30 para verla, pero ese día nadie congelo su paso, ese día Carola no estaba. Bajó corriendo al café pensando que a lo mejor estaba mala, o que había llegado temprano o cualquier otra excusa que justificara su ausencia. Así que entró y le pregunto al encargado “La chica por la que a su paso todos susurran, esa que entra a las 11 35 en punto todos los días, ¿está aquí?” “¿Carola?, se fue a Acapulco a vivir, ya no volverá”
Y mi amigo derrumbado, subió las escaleras hasta el octavo piso del edificio, totalmente desolado, porque la había perdido y no la iba a volver a ver nunca. Al llegar al octavo piso la vio a todos sus compañeros de trabajo desquiciados, todo estaba lleno de papeles que volaban “Hemos caído en la ruina, nos echan a todos” le dijo un compañero. Así que mi amigo en un solo día lo había perdido todo, su trabajo, y el amor de su vida. Con 35 años ya no eres el joven con ganas de comerse el mundo que buscan las empresas, por lo que le costaría encontrar un montón trabajo nuevo. Bien podía aparentar 30 o 32, así que mi amigo fue a la Plaza Vieja en busca de un coyote. Un coyote se le dice en México a ese tipo de personas que te hacen documentos falsos y algunos chanchullos que no son muy legales, pero que son de gran utilidad para gente como mi amigo.
Una vez allí, mi amigo desorientado, acabo caminando por callejones que desconocía hasta acabar en frente de una vieja casa en ruinas. Entonces de ella salió un viejo coyote que le pregunto qué quería. Mi amigo le contó lo que necesitaba y el coyote aceptó por un módico precio. A las tres horas el viejo coyote ya tenía listo todo y le dijo “¿Conoces la carretera que va a Acapulco?” A mi amigo le dio un vuelco al corazón. Acapulco…. Todo ello le recordó a la dulce Carola, y todo lo que había sufrido por ella… El coyote continuó “Existe una desviación famosa por su leyenda, que habla de una chica que atiende a los que por allí se pierden dándoles muerte… pues justo antes de llegar a ese cruce existe un pueblecito donde me podrás encontrar si requieres otra vez de mis servicios. ¡Ah! otra cosa, con estos documentos vas a recuperar tres años de tu vida, no los puedes desaprovechar…”
Mi amigo abandonó aquel lugar y se fue a su casa a dormir. A las 8 00 le sonó el teléfono “¿Qué haces que no estás en la oficina?, tenemos una reunión importante, ¡ven corriendo!” Mi amigo desorientado creyó que se trataba de una broma, de muy mal gusto por cierto. Una vez despierto puso las noticias, y de repente notó algo extraño. La noticia que estaba emitiendo le resultaba muy familiar y de repente… ¡no podía ser! ¡¡Era una noticia de hace tres años!! Se vistió corriendo y bajó al quiosco que hay enfrente de su casa a comprar un periódico, cualquiera. La fecha correspondía a la de ese mismo día, pero tres años atrás. Parecía un milagro obrado por aquel viejo coyote, así que muy feliz, corrió hacía su oficina en el octavo piso de la plaza de los Manejables, mientras pensaba, “¿volvería a ver ese día a la dulce Carola?”

4 comentarios:

  1. jooo pero terminalaaaaa ¬¬

    ResponderEliminar
  2. pero bueno!! dónde está la segunda parte?? !! =O

    ResponderEliminar
  3. ea,ya he leido la 1ª parte, a ver las demás! ahora te cuento jeje

    ResponderEliminar